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White Duke Eau de Parfum Moresque Parfum es la esencia líquida de un italiano fascinante y noble que vivió entre finales del Siglo XIX y principios del XX: Gabriele D'annunzio.
White Duke de Moresque es una oda aromática a la elegancia atemporal y a la sensibilidad estética de una figura icónica del arte y la literatura: Gabriele D’Annunzio. Esta fragancia oriental no es simplemente un perfume, sino una experiencia multisensorial que transporta al corazón de una época dorada, en la que la belleza, la cultura y la sensualidad eran el centro del universo. Es el retrato olfativo de un dandi refinado, un aristócrata del alma que se envuelve en blancos impolutos, mármoles, libros antiguos y el silencio delicado de un jardín secreto.
Desde sus primeras notas, White Duke seduce con una entrada luminosa y envolvente. La bergamota aporta una frescura chispeante y elegante que se entrelaza con la salvia esclarea, creando un acorde herbal, limpio y sofisticado. Pero es el geranio quien toma el protagonismo en esta introducción, aportando ese carácter ligeramente especiado, verde y floral que define la esencia aristocrática de la fragancia. Como un ramo cuidadosamente elegido para adornar los ventanales de una villa italiana, esta apertura es un soplo de aire noble, un prólogo refinado a una historia sensorial fascinante.
El corazón del perfume late con intensidad dorada. El ámbar aporta una calidez resplandeciente, casi solar, que envuelve los sentidos como la luz del atardecer en un palacio de verano. El tomillo añade un matiz mediterráneo, agreste y terroso, que contrasta con el dulzor resinoso y profundo del bálsamo de Perú. Este ingrediente —considerado un bálsamo para el alma— aporta una dimensión introspectiva, como si cada nota escondiera un poema no escrito, una confesión íntima. El opoponax, con su textura densa y espiritual, se alza como un eco ritual en esta sinfonía, evocando templos olvidados y velas encendidas.
En el fondo, la fragancia se torna más oscura y misteriosa, como las estancias privadas de una villa en la Toscana. El benjuí y el incienso conforman un dúo místico, envolvente, que invita a la introspección y al recogimiento sensual. La base de pachulí —terrosa, húmeda, profundamente elegante— conecta con la carne y la piel, fijando el perfume con una sensualidad callada, sutil, que perdura durante horas y horas como un recuerdo indeleble. Es en esta base donde White Duke se revela más íntimo, más visceral, más humano.
Inspirado en la figura de D’Annunzio, White Duke es el perfume de quienes viven el arte como una religión personal. Un himno a la belleza clásica, pero con un giro moderno y hedonista. No se trata de una fragancia convencional, sino de una obra perfumística que coquetea con lo teatral, lo literario y lo sensualmente provocador. Cada acorde está medido con precisión milimétrica por el maestro Andrea Casotti, quien logra que la fragancia evolucione como una novela de capítulos intensos, impredecibles y profundamente emotivos.
La elección del geranio no es casual. Esta flor aristocrática, símbolo de equilibrio y libertad emocional, aporta al perfume una sensación de apertura, de ligereza elegante, de libertad expresiva. Originaria del sur de África, y muy popular entre la nobleza inglesa, el geranio evoca tardes soleadas en jardines geométricos, conversaciones literarias, tazas de té y miradas cargadas de deseo. Es un guiño olfativo al refinamiento sin esfuerzo, al placer consciente y cultivado.
Del mismo modo, el uso del opoponax —con sus resonancias místicas y su poder simbólico— añade una dimensión espiritual al perfume. Esta resina, que se usaba en rituales antiguos para ahuyentar la negatividad y potenciar la inspiración, convierte a White Duke en una herramienta de expresión creativa. Es una fragancia que estimula la mente, despierta los sentidos y libera la imaginación como un poema que se susurra al oído de la noche.
El bálsamo de Perú, por su parte, aporta un confort casi terapéutico. Su aroma dulce y profundo evoca la idea de un abrazo cálido, de una atmósfera segura y envolvente, como la biblioteca de un noble llena de cuero, maderas antiguas y luz tenue. Esta nota funciona como un portal hacia lo íntimo, invitando a detenerse, respirar y reconectar con lo que verdaderamente importa: el arte de vivir con intensidad.
White Duke es, en definitiva, una joya olfativa que conjuga lo noble con lo rebelde, lo clásico con lo moderno, lo espiritual con lo carnal. Es una declaración de estilo para quienes no temen destacar, para los que encuentran en la belleza un camino hacia lo trascendente. Más que un perfume, es una actitud. Una experiencia. Una forma de habitar el mundo con elegancia, profundidad y una dosis justa de provocación poética.
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