Una obra de teatro olfativa, donde cada nota actúa con precisión escénica. Charade es un juego de apariencias entre sombras elegantes y luz dorada, con una trama envolvente que despierta la memoria y el deseo. Una fragancia que insinúa, seduce y desvela su complejidad con el paso del tiempo.
Familia olfativa: Oriental Floral
Notas de salida: Nardo francés, Ylang-Ylang
Notas de corazón: Styrax, Té, Miel
Notas de fondo: Acorde de cuero, Benjuí de Siam, Pachulí, Sándalo, Ámbar, Vetiver, Musgo
Perfumista: Andreas Wilhelm
Año de lanzamiento: 2018
Charade de Sarah Baker Perfumes no es simplemente una fragancia: es una narrativa olfativa tan intrigante como sofisticada, inspirada en el suspense clásico y el glamour atemporal del cine de los años 60. Esta creación unisex evoca la tensión elegante de la película homónima de 1963, protagonizada por Audrey Hepburn y Cary Grant, trasladando esa aura de intriga, elegancia y doble juego directamente a la piel. Cada gota cuenta una historia. Cada inhalación sugiere una nueva sospecha, una nueva pista en un juego donde nadie es quien parece.
El arranque es audaz y cautivador, con un nardo francés cremoso y expansivo que no teme tomar el centro del escenario. Este floral blanco se fusiona con un ylang-ylang meloso y tropical, dotando a la fragancia de un comienzo sensual y adictivo. No es un floral tímido, sino uno que se expresa con seguridad, como un personaje principal que reclama toda la atención desde la primera escena.
El corazón revela una combinación inusual y fascinante: el styrax resinoso y profundo aporta un toque ambarado, mientras el té y la miel dan lugar a una textura aromática y seductora, entre lo dulce, lo cálido y lo reconfortante. Aquí es donde Charade empieza a jugar con la ambigüedad: es elegante, sí, pero también desafiante. Sus acordes se entrelazan como giros argumentales en un thriller emocional.
El secado es donde esta fragancia alcanza su clímax. Acordes de cuero, benjuí de Siam, vetiver terroso, musgo y ámbar crean una base sofisticada, con ecos de un chipre moderno. Es rica, envolvente, de una complejidad profunda y duradera. El sándalo cremoso aporta una suavidad leñosa que equilibra el dramatismo de las resinas. Charade permanece en la piel como lo haría un recuerdo potente o una escena inolvidable: persistente y con estilo impecable.
Charade no está diseñada para complacer al público general, sino para enamorar a los verdaderos amantes de la perfumería artística. Es el perfume ideal para quienes aprecian la narrativa en una fragancia, para los que buscan originalidad y profundidad en lugar de lo predecible. Ideal para la noche, ocasiones especiales o momentos en los que quieras transmitir misterio, elegancia y una belleza sutilmente provocadora.
Sarah Baker Perfumes es una casa que desdibuja los límites entre arte visual y arte olfativo. Con sede en Londres, y una visión claramente artística, sus perfumes destacan por ser potentes, sofisticados y conceptuales. Charade, creado por el talentoso Andreas Wilhelm, representa fielmente esa visión audaz y teatral que caracteriza a la marca. Un perfume con presencia, pero sin estridencias; con fondo narrativo, pero sin necesidad de explicaciones.
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