LYNCH aka smoked styrax 50 ml — Spiritica
LYNCH aka smoked styrax 50 ml — Spiritica
Una fragancia transgresora que arde en la piel como un recuerdo indeleble
LYNCH aka smoked styrax de Spiritica es una experiencia sensorial oscura, intensa y provocadora que desafía las convenciones y deja huella como una película de culto. Concebida para almas rebeldes y soñadoras, esta fragancia unisex es un homenaje al misterio de la noche, al humo denso del incienso y al placer casi prohibido del tabaco especiado. Con un enfoque provocador y sin concesiones, esta obra olfativa lanzada en 2025 canaliza lo cinematográfico, lo teatral y lo visceral en un solo frasco. Es más que un perfume: es una declaración.
Familia olfativa: Ambarada Ahumada Especiada
Notas de salida: Cereza, clavo de olor, azafrán, pastel, jazmín nocturno
Notas de corazón: Tabaco, árbol de hierba, styrax, mirra, madera de oud
Notas de fondo: Tabaco, vainilla, benjuí, pachulí, maderas oscuras
Perfumistas: Daniele Muratori Caputo, Leonardo Opali, Paolo Cerizza
Año de lanzamiento: 2025
LYNCH aka smoked styrax no se perfuma, se experimenta. Su apertura es como el primer fotograma de una película de culto: hipnótica, inesperada. La cereza jugosa contrasta con la profundidad especiada del clavo de olor y el calor del azafrán, mientras una nota de pastel evoca lo prohibido, lo goloso y lo extraño. El jazmín de floración nocturna añade un aura narcótica que te arrastra sin aviso. Luego, el corazón se oscurece con un humo envolvente: el tabaco arde lentamente junto al styrax, la mirra y el oud, formando un núcleo espiritual, casi ritualístico. El fondo es puro hechizo: cálido, balsámico y animal, donde la vainilla amaderada y el benjuí abrazan la tierra húmeda del pachulí y el eco ahumado de las maderas oscuras. Un viaje para perderse.
Spiritica confía la creación de LYNCH a un trío de mentes brillantes: Daniele Muratori Caputo, Leonardo Opali y Paolo Cerizza. Cada uno aporta una perspectiva distinta, un lenguaje propio que converge en esta composición atrevida. Unidos por una pasión por lo cinematográfico y lo contracultural, dan forma a una fragancia compleja y fragmentada, como una narrativa de David Lynch en clave olfativa. Este perfume no sigue una estructura clásica: su progresión se siente como escenas entrecortadas, sorprendentes, casi oníricas.
El primer acorde de LYNCH arde con un contraste delicioso entre lo dulce y lo sombrío. La cereza, madura y jugosa, se ve inmediatamente atravesada por el filo picante del clavo y la calidez del azafrán. Una nota inesperada de pastel aparece como un guiño dulce, casi bizarro, mientras el jazmín nocturno aporta un carácter narcótico y floral que se asoma desde las sombras. Es una apertura que evoca un cabaret onírico, entre lo sensual y lo absurdo.
En el corazón, la fragancia se vuelve profundamente íntima y casi ceremonial. El tabaco aparece en su versión más terrosa y envolvente, mientras el styrax y la mirra inundan la piel con un humo místico, denso y casi sagrado. El árbol de hierba aporta una textura resinosa y levemente verde, mientras el oud late en el fondo como una percusión grave. Este corazón no solo es oscuro, es magnético.
La base de LYNCH es un remolino sensual de tabaco dulce, vainilla ahumada y benjuí resinoso, con una presencia robusta de pachulí que añade un carácter terroso, húmedo y adictivo. Las notas amaderadas cierran la composición con un eco profundo, cálido y duradero. El secado es glorioso: envolvente, provocador y cálido como una última escena que no se borra de la memoria.
LYNCH aka smoked styrax no es para todos, ni lo pretende. Es una fragancia intensa, con una estela penetrante y una duración excelsa. Ideal para noches de misterio, eventos especiales o simplemente cuando se quiere provocar una reacción. Funciona en climas frescos y fríos, donde su carácter especiado y ambarado cobra aún más fuerza. Es un perfume de autor con una personalidad arrolladora.
El frasco de LYNCH encierra una estética minimalista pero inquietante, en perfecta sintonía con la narrativa oscura de Spiritica. No hay ornamento superfluo: solo un envase que parece esconder secretos, como una cinta VHS maldita o un guion perdido. Su nombre —“smoked styrax”— lo dice todo: humo, resina, evocación. El perfume perfecto para quienes entienden que el arte también puede oler.
Ficha de datos
Referencias específicas
